Las tortas a las que fuimos juntos ya no existen.
Me acuerdo de nosotros yendo a comer tortas, después de discutir de qué teníamos antojo. Me acuerdo también de nosotros ordenando las tortas y sentarnos a esperar a que estuvieran, hasta recuerdo que las acompañamos con churros. Me acuerdo que en esas tortas nos encontramos con una vieja amiga tuya, y me sentí tan feliz de entrar un poco más a tu vida, a tu pasado, y formar parte de tu presente. Me acuerdo que me dio gusto que me presentaras.
Me acuerdo de nosotros afuera de las tortas, pensando en si íbamos al cine o a tu casa, me acuerdo también de estar decidiendo si debíamos irnos en taxi o en camión.
Las tortas ya no existen.
Tampoco existimos nosotros, pero eso no es novedad.