Rubén Darío

Un intelectual no encontrará en la tarea periodística sino una gimnasia que lo robustece. Rubén Darío
No soy intelectual ni periodista, pero sí creo que el ejercicio de redactar las ideas y ponerle palabras a los sentimientos ayuda a aclarar el pensamiento.
An intellectual will not find in the journalistic work but a gymnastic that strengthens. Ruben Dario
I am not an intellectual nor journalist, but I do believe the work of write down ideas and putting words to the feelings helps to clarify the thoughts.

lunes, 22 de febrero de 2010

Recorriendo catorces 04

Ese catorce estaría dedicado a los amigos, no iba a permitir que ningún recuerdo, fuera de quien fuera me arruinara mi catorce.
Todo parecía estar bien, trataba de ignorar algunos comentarios, además de su presencia. No me importaba que fuera el día del amor y la amistad, cuando alguien sólo se merece indiferencia eso es lo que debe recibir.
Hubo regalitos, abrazos, dulces, bombones, risas y demás... pero luego empezaron los gritos, los empujones, las lágrimas, las malas palabras... y la culpa era de una sola persona.
Todo empezó por un juego estúpido, el típico jueguito de niños vs. niñas, en donde ellos nos habían quitado nuestros regalitos y nosotros debíamos ir detrás de ellos si queríamos recuperarlos. Me alegré de que mis regalitos se encontraran en un lugar seguro, no pensaba entrar a ese juego.
Y de pronto, justo la persona más desagradable fué y se metió con mis cosas, lo que hizo que mis nervios se dispararan ¿cómo se le ocurría haber ido a meter sus manos en MIS cosas? Por un momento decidí ignorar eso, y dejar que se cansaran del jueguito para poder ir por mis cosas. Después de un rato en el que todo mundo corría sin parar escuché como algo se rasgaba... habían roto MI regalito, fue cuando perdí el control.
No podía creer como la estupidez había llegado al grado de maltratar tanto mis cosas como para haberlas roto, me chocaba el hecho de que hubieran roto algo que era mío, que me acababan de regalar ese día, y más en un jueguito en el que yo no había accedido a entrar. Mis nervios se dispararon aún más cuando empecé a escuchar su risa, no le bastaba con haber roto mi regalo, sino que además le causaba gracia. Grité:
- Dámelo.
- Ay cálamate.
- Dámelo - y tomé sus cosas - dámelo o no te doy tus cosas.
- Quédatelas.
- Idiota!!! Yo ni siquiera estaba jugando, pero ahí vas a agarrar mis cosas ¿porqué simplemente no puedes respetar las cosas ajenas? ¿Te cuesta mucho trabajo? ¿tu estúpida cabecita no registra que no debes tomar las cosas de los demás? - dije mientras aventaba sus cosas tan lejos como pude.
- Ya vas a empezar de dramática.
Todos rieron, me choco eso, ¿cómo es que nadie captaba la gravedad de su falta? Había tomado MIS cosas sin MI permiso, y no sólo eso... las había roto!!! ¿acaso no tenía derecho a enojarme? ¿acaso era la única que no encontraba la situación divertida? Todos parecían reírse de mi enojo, como si de verdad fuera cuestión de echarse a reír después de que alguien rompiera lo que no le pertenece. Me di cuenta de que cualquier cosa que dijera o hiciera sería en vano, todos estaban ambriagados de risa, todos parecían tirarme de a loca, todos creían que la situación era divertida y les parecía graciosísimo que me llamaran dramática. Decidí salir de ahí, alejarme, calmarme, demostrarles que después de todo no era tan dramática.
- Ya, ya no te enojes, toma tus cosas- me dijo con su estúpida sonrisa, como si con eso se arreglara todo.
Y ahí tenía yo en mis manos el ragalito que me habían dado, roto; y su sonrisa estúpida, como si le estuviera dando un dulce a una niña para que dejara de llorar, como si yo fuera la estúpida.
- ¡¡¡Ya no lo quiero!!! ¡¡¡ quédatelo!!! ¡¡¡hazle lo que quieras!!! ya lo rompiste de todos modos!!! - y lo aventé, perdiendo totalmente el control.
Qué estúpido de su parte pensar que con una sonrisa hipócrita y cínica se arreglaría la ofensa que me había hecho.
Y salí de ahí, caminaba, tratando de calmarme, de olvidar lo que había pasado. Escuché pisadas y volté, ahí estaba, caminando detrás de mi con su estúpida mirada, traté de caminar más rápido pero me alcanzó.
- Toma, ya, no seas dramática - me dijo mientras de nuevo me extendía mi regalo roto.
Lo tomé, después de todo el regalo no tenía la culpa de haber caído en las peores manos, seguí caminando.
- Espérate quiero hablar contigo - dijo.
Pero yo seguí caminando, aún estaba demasiado enojada, pero empezó a hablar... hablaba sin sentido, echándome siempre la culpa de todo, que yo era una dramática, que era inmadura, que todo mundo le decía que no perdiera el tiempo conmigo, yo prefería seguir callada, cualquier cosa que le dijera no serviría de nada, hacía tiempo había aprendido que discutir con gente necia era inútil.
Por tratar de escaparme terminé en un lugar sin salida, ya no tendría otro remedio más que escuchar el montón de tonterías que diría, y así fue, por un tiempo que me pareció eterno, y a cada instante yo trataba de escaparme, pero me cerraba el paso y seguía hablando, seguía con sus tonterías, con sus necedades.
- Ya déjame - grité.
- No hasta que me escuches - contestó.
Y seguí ahí, escuchando tonterías, después de un buen rato de hacer como que escuchaba alcancé a oir.
- ...entonces... ¿quieres ser mi novia?
Una furia inmensa me recorrió ¿cómo era posible que preguntara eso? ¿como se le ocurría pensar por siquiera un momento que yo aceptaría tal cosa? ¿acaso no había sido bastante clara que para mi era la persona más estúpida del mundo? Tal vez en su estupidez llegó a pensar que mi antipatía albergaba un sentimiento oculto. Me reí como loca, me reí y luego empecé a gritar, que me soltara, que me dejara ir, que jamás me fijaría en alguien tan idiota, me reía y gritaba, en esos momentos realmente me sentía como una loca, incapaz de decidirme cómo actuar. Por fin llegó alguien a saber qué es lo que había pasado que tardábamos tanto, me dijo.
- Ya compórtate, sino que van a pensar.
Y me dio taaanta risa su comentario, después de todo no quería que los demás vieran su estúpida actitud, por fin logré soltarme y alejarme. Caminó cada quien por su lado, yo medio riéndome por lo gracioso que había resultado aquella escena, después de todo yo había terminado riéndome. Jamás volví a dirigirle la palabra. Es tan inútil hablar con gente necia y estúpida.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Recorriendo catorces 03

La verdad es que ese catorce me cuesta trabajo recordarlo. Recuerdo haberlo pasado contigo, y recuérdo que la pasé muy bien, pero los detalles están borrosos.
Desde que te conocí nos empezamos a llevar súper bien, recuerdo que cada vez que sabía que te vería me emocionaba, sabía que la pasaría riéndome y platicando con alguien con quien me entendía muy bien, y poco a poco te fuiste metiendo cada vez más en mi vida, hasta que me di cuenta que podría llegar a surgir algo más.
Tú me hiciste sentir segura ese día, recuerdo que me abrías la puerta para subir al coche, recuerdo que me encantaba jugar con tus manos, siempre me encantaron tus manos, y siempre lograbas que me quedara embobada cuando tocabas la guitarra.
Recuerdo que me gustaba tu sonrisa, tu cabello, tus manos sobretodo.
Me acuerdo que el hecho de recibir atención de tu parte me parecía algo extraordinario, casi imposible y hasta me daba un poco de miedo, a veces no sabía cómo comportarme contigo, pero siempre lograbas hacerme sentir bien y cómoda y por eso la confianza que te tenía iba creciendo cada día.
Es curioso, pero el último día que recuerdo de nosotros juntos es justo ese catorce, después... no sé qué pasó, supongo que mis dudas lo echaron a perder todo. Resulta raro como alguien con quien me llevaba tan bien como tú terminó tan alejado de mi vida, tanto... que hace años que no sé nada de ti.
Pero me quedan esos buenos recuerdos, esa pequeña historia, que en algún momento me hizo sentir bien, me hizo sentir confianza y seguridad al lado de una persona.

martes, 16 de febrero de 2010

Recorriendo catorces 02

Desde días antes comencé a planear qué le daría a cada quien, quería algo muy especial para cada persona, algo muy personal, que realmente demostrara todo el cariño que sentía por las personas a quien les daría algo. Comencé a escribir montones de cartitas, cada vez que terminaba una me sentía muy contenta, y esperaba que esa persona sintiera profundamente la dedicación que había puesto en cada cosa. Mi creatividad no paraba, lo que me animaba era el cariño de esas personas y la emoción de demostrarles aunque fuera con algo chiquito todo lo que significaban para mi.
Luego llegó el momento de decidir qué es lo que te daría a ti, y cómo sería tu respectiva cartita. Pensé y rebusqué mucho en mi cabeza, quería que fuera algo casi extraoridinario, que recordaras cada día, que en cuanto lo vieras saltaras de alegría sintiéndo por fin todo eso que sentía por ti, todo eso resumido en un simple detalle, así que el detalle debía de ser extra-súper-extraodinario y único.
Me puse a dibujar con todo mi mal pulso y mi inevitable habilidad para manchar mis dibujos siempre, pero me esforzaba en grande, porque sólo así, dedicándole tanto tiempo a algo que era para ti sería como te demostraría todo el tiempo que solía pensar en ti, todo el tiempo que quisiera estar contigo, todo lo que me habías enseñado, todo lo que quería llegar a ser gracias a ti.
Y dibujé y dibujé, aquellos dibujitos ridículos que tanto te gustaban, puse mi alma en eso, mis manos, mis ojos, mi corazón, todo lo que yo era estaban en esos dibujos.
Te hice una carta con toda mi alma y mi corazón, con mi sinceridad y mi alegría, yo-ya estaba resumida en un montón de palabras que jamás alcanzaron para demostrarte todo lo que significabas para mi.
Llego el 14 de Febrero, y empecé a repartir cartitas muy contenta, cada persona me sonreía y nos abrazabamos, como si ese día mi vaso de cursilería se hubiese llenado y desboradara ñoñez por todos lados, sonriéndoles a todas las personas importantes para mi, recibiéndo pequeños detalles que sabía que significaban un pedazo de vida y de corazón de cada persona. Me acerqué a ti, tenía tu carta junto con mis dibujos, mi alma y mi corazón ocultos, para llegar a saludarte como si nada y de pronto darte una sorpresa, en una explosión de alegría y euforia que acompañarían ese pequeño detalle en el que se encontraba todo lo que yo era, y dártelo sin condiciones.
Me saludaste, estabas con tus amigos, uno de ellos dijo:
- ¿Le compraste un regalo?
- No - fue tu respuesta - Yo no creo en este día, no me gusta formar parte del consumismo, es sólo un día más, me chocan los regalos y las cartitas hoy, es tonto.
Y así de fácil destrozaste mi ilusión, mi alegría, mi euforia, mi locura y cursilería, me sentí tonta, incapaz de hacer algo que tocara tu alma.
- Ten - dije muy seria mientras te extendía aquello que hasta hacía apenas unos cuantos segundos te daría acompañado de un abrazo y un beso largo largo.
- Gracias - dijiste sin darle mucha importancia, ni lo miraste. Empezaste a hablar de otra cosa mientras caminábamos, sin darte cuenta que acababas de matar mi espíritu de San Valentín en un instante, sin importante el tiempo que le había dedicado, sin tomarte aunque fuera unos segundos para ver lo que estaba escrito.
En vez de entregarte mi vida, mi alma, mi corazón, mi alegría... te había entregado mi estupidez, mi ingenuidad, mi actitud de niña inmadura ilusionada.
Sí, te culpo de haberme hecho perder mi fe en el día del amor y la amistad, aún cuando sé que es todo un negocio publicitario, el único día del año en que mi cursilería salía a flote lo transformaste en un día más. Casi me partiste el corazón, no fue necesario que dijeras que no me querías, ese día me destrozaste y ni siquiera te diste cuenta. Jamás volví a regalarte algo, y jamás tomé tus regalos como una forma de expresarme tu cariño.
Supongo que ya debería de haberlo superado, año con año he tratado de recobrar la ilusión del 14 de Febrero, sin obtener mucho éxito, tal vez le di demasiada importancia a tu reacción y de eso no tienes la culpa. Sin embargo... siempre me ha quedado el temor que alguien destroze mi alegría y mi euforia, con un simple comentario como lo hiciste tú, porque si de algo estoy segura es que no quiero que eso vuelva a pasar jamás.

lunes, 15 de febrero de 2010

Recorriendo catorces 01

Jajaja... mi idea para recuperar el espíritu de catorces de Febrero es hacer un recorrido por mis recuerdos de aquellos catorces que han marcado mi vida, con un poco de exageración y un mucho de poesía, jajaja!!! Aclaro que no estarán en orden y puede que parezca que en todos me refiero a una sola persona, cosa que ooobvio es imposible. También es posible que cuenta la historia de un mismo catorce en distintas versiones, jajaja... Enjoy!!! ;)

"Apoco no te voy a ver este día" fue el mensaje que me llegó, me emocionó que pensaras en mi justo en ese día e inmediatamente me encargué de arreglar todo para poder verte, aunque fuera sólo por un ratito.
Me arreglé bonita, dejé todo en orden y listo para cuando tú llegaras, sólo podríamos vernos una hora así que debía asegurarme de no perder un sólo segundo de nuestro tiempo. Me paré frente a la ventana esperando a que llegaras. Vi tu coche dar la vuelta justo cuando me llegaba el mensaje "Ya llegué" y no necesité más para salir corriendo a saludarte.
Platicamos un rato, estábamos tan cerca el uno del otro, todo en ti me encantaba, tus ojos, tu cabello, tu olor, tu sonrisa...
- Dame un beso- dijiste, sabiendo que siempre que me lo pedías te decía que no.
Sonreí, todo en ese día parecía perfecto, por un momento todas mis dudas se fueron, pensé que si no lo hacía en ese momento talvez no habría otra oportunidad, y entonces te lo di. Te reíste, me miraste con cara de asombro y volteaste a ver mi reloj.
- Tiene que estar escrito que el 14 de Febrero a las 14:23 me diste un beso!!!- dijiste.
Volví a reírme y te di otro beso. Y así pasamos el resto de la hora que nos quedaba por compartir, yo no quería irme, pero me convenciste de que no podía olvidar mis obligaciones, te ofreciste a llevarme al metro.
Y así íbamos en tu coche, platicando y riéndonos, te dio calor mientras manejabas, te ayudé a quitarte la chamarra, era todo un acto de escapismo quitártela mientras seguías manejando.
- Tú si me entiendes- dijiste. Y casi sentí que lo decías como si nunca antes se lo hubieras dicho a alguien, como si eso fuera prueba suficiente para nunca jamás estar separados.
Me dejaste a la entrada el metro, un último beso de despedida, antes de entrar al metro miré hacia atrás, ahí estabas, mirándome, despidiéndote, sonreí como tonta durante todo el camino y tal vez durante el resto del día con esa imagen en mi cabeza. No había en el mundo nadie más feliz que yo.
Imposible ir al metro de nuevo sin acordárme de ti y de ese día, en el que lo único que queríamos los dos era estar juntos.

domingo, 14 de febrero de 2010

Un grich rojo

Los planes para hoy eran ir a celebrar el año nuevo chino junto con Lucía, pero gracias a mis intestinos inestables no se pudo. Lo más cercano a festejar el día del amor y la amistad fué comer una gelatina roja y ver La casa del lago, acordándome de Dona.
No puedo evitar estar de Grinch este día, normalmente lo que me anima son lo chocolates, hoy Lucía me trajo panqués de chocolate pero no puedo comerlos.
Trataré de encontrar un modo de recuperar ese ánimo del día del amor y la amistad que el viernes hizo que se viniera abajo (o tal vez desde años anteriores), jejeje... una idea que ya está en proceso... a ver qué tal sale.

sábado, 13 de febrero de 2010

The worst St. Valentines eve

Estoy enferma. Ayer en la noche un dolor de estómago terrible me atacó, y yo no sé si sea algo psicológico o no, pero sé reconocer cuando es un simple dolor y cuando puede llegar a convertirse en un desastre total. Cuando sé que me pondré muy muy mal hay un cierto sabor que me llena la boca, y me dice que me prepare porque en cualquier momento la comida saldrá por donde entro, o sea, vomitaré. Así pues tratando de resignarme a lo que seguramente sería una noche terrible traté de despejar el camino de mi cama al baño, en caso de una emergencia, coloqué una cubeta a un lado de mi cama por si acaso y me recogí el cabello (porque es horrible vomitar con el cabello suelto).
Y mis predicciones fueron ciertas, pasé una de las noches más horribles, además yo no entiendo porqué cuando uno se enferma justo lo peor sucede de noche. Todo el día de hoy me la pasé en cama, incapaz de comer algo más que gelatina, agua, manzana cocida, un poco de consomé y suero oral (iagh).
Por ahora me siento un poco mejor, al menos ya no he vomitado, y el sabor en mi boca que normalmente es el que me avisa que vomitaré se ha ido, así que espero que lo peor ya haya pasado. Aún así estoy segura que el día de mañana lo pasaré encerradita, comiendo gelatinas, suro oral, manzana y consomé. Vaya forma de celebrar el día del amor y la amistad pfff!!! En fin... nunca le di demasiada importancia al asunto de cualquier forma.
Pero estaría padre que alguien me cantara soft kitty, jajaja!!!


miércoles, 10 de febrero de 2010

Samantha

No sé si debería hacer esto o no, pero la impresión que me causó hace que quiera hacer algo, aunque sea chiquito.
Una chava desapareció, hace dos semanas, la última vez que la vieron fue el martes 26 de enero, salía hacia la Facultad de Arquitectura, desde entonces no se ha sabido nada de ella.
Ojalá que esté bien, me asusta pensar que una persona pueda desaparecer así nadamás. Y me angustia aún más pesar en la gente que me importa y a la que le pueda llegar a pasar algo.
Su nombre es Samantha Cabañas Valencia, anexo su foto, por si llega a servir de algo.
Cuidense porfavooor!!! Que realmente nunca se sabe lo que pueda llegar a suceder.

martes, 9 de febrero de 2010

Los monólogos de la vagina

Compañía: Tatuami
Autor: Eve Ensler
Director: Sylvia Corona
Género: Drama
Clasificación: Adolescentes y adultos
Reparto:
Alejandro Galindo
Diana A. Sánchez Romero
Jonathan Iván Miguel Hernández
Paola Martínez García
Claudia Zamora Aburto
Jessica Livier Ruiz Ochoa
Maydelit Hernández Patiño
Tma Patricia Miguel Bautista
Yilletzi Vieyra Vázquez
Denyitzel Ramos

Sinopsis:
En esta ocasión, Los Monólogos de la Vagina, se convierte en un montaje multi-disciplinario que se aleja de la tradicional lectura en atril, intentando estimular los diferentes sentidos del público, en un afán de despertar conciencias a través de la expresión artístioca. A pesar de miles de representaciones, la obra sobre la cual se edifica el V-Day, movimiento feminista de gran presencia internacional, sigue vigente en tanto muchos cuadros contenidos en ella continúan reproduciéndose a lo largo y ancho de planeta. Sin embargo, la sensación de que algo cambia en la colectividad social con cada puesta en escena, es razón para seguir luchando por un mejor mañana para las hijas, madres, abuelas, hermanas, amigas, para las mujeres.

Ver el trabajo de talleres de teatro siempre resulta interesante, porque es gente que puede que no se dedique al 100% al teatro, pero si está ahí es porque tiene pasión a la adrenalina que causa estar en un escenario. Pero también está el punto de que como es gente 'no especializada' el resultado puede ser no del todo favorable. En este caso el taller de teatro de la UAM presenta esta obra.
La presentación fue buena, con un ritmo un tanto bajo, y varias veces sin que se les escuchara bien a las actrices. En lo personal siento que faltó trabajo de dirección, porque si bien hubo monólogos muy buenos, hubo otros tantos que dejaban algo que desear. El talento estaba ahí, sólo faltó explotarlo un poco. Había chistes que necesitaban un mayor énfasis, y que si hubiesen estado bien dirigidos probablemente habrían podido sacar más sonrisas de parte del público.
El monólogo de la viejita me encantó.

domingo, 7 de febrero de 2010

Superbowl XLIV


Aaamo el futbol americano, o tal vez como debería decir el Football, me encanta como los partidos pueden cambiar de un momento a otro, una intercepción, un pase suelto, una conversión de puntos, una pañuelo, una revisión, todo lo que implica ver un buen partido de americano me encanta, y el superbowl de este año no podía defraudarme.
Para empezar no sabía a quién apoyar, los potros son un equipo fuerte, liderado por Manning, a quien reconozco que es un mariscal muy bueno, y que logra sacar a su equipo adelante aún en momentos de presión. Por otro lado estaban los santos, liderados por Brees, de quien la verdad no se había escuchado mucho hasta ahora. Los dos equipos habían mantenido el invicto por mucho tiempo a lo largo de la temporada, y verlos llegar al superbowl prometía un espectáculo digno de un superbowl.
Me decidí a apoyar a los Santos, en parte porque Manning ya había ganado antes en un superbowl, además de que le tengo cierto recelo por ser llamado el némesis de Tom Brady (a quien amo y admiro completamente).
Y el partido comenzó y los potros fueron los primeros en poner puntos en el marcador, con un gol de campo y luego un touchdown, y así terminaba el primer cuarto. Los santos lograr sumar tres puntos con un gol de campo, y después de una cuarta oportunidad fallida, por tratar de marcar el touchdown, terminaron la primera mitad sólo con seis puntos. La decisión de jugársela en cuarta oportunidad la verdad considero que no fue la más adecuada, porque durante la temporada se había notado cierta dificultad para avanzar pocas yardas, y el resultado no fué bueno.
El show de medio tiempo fue bueno, muchos fuegos artificiales, y el escenario desmontable que cada año me asombra con la rapidez con la que es montado y desmontado. A pesar de que la transmisión tenía desfasado el sonido y la imagen, el show fue bueno, aunque considero que ha habido mejores (como el de Prince, o los Rolling, o cómo olvidar el de Justin y J. Jackson).
Luego comenzó la segunda mitad, con una patada corta que literal me quitó el aliento, y me hizo gritar como desesperada: es para los santos!!! es para los santos!!! Y entre que los jugadores no se quitaban para que los árbitros decidieran mis nervios iban en aumento. Finalmente el balón era de los santos, y después de avanzar con pases completos rápidamente los santos se ponían al frente en el marcador. Cosa que no duró mucho tiempo, pues si algo es cierto es que cuando los potros deciden avanzar, lo hacen, otro touchdown por parte de los potros, seguido por un gol de campo de los santos, Nueva Orleans estaba a un punto. Una cuarta oportunidad bien lograda demostró la seguridad de Manning en su equipo, pero todo termino en un gol de campo fallido. Después un touchdown por parte de los santos los coloca al frente, y logran la conversión de puntos después de haber revisado la jugada, lo cual mantenía mis nervios al tope. Después vino la intercepción a Manning, quien muy enojado trató de obtener otro touchdown, pero ni con los cuatro intentos lo logró, mientras yo gritaba escandosamente que el triunfo ya era de los santos.
Los santos son campeones del superbowl XLIV, Brees es el jugador más valioso y ni cómo discutirlo!!! esperaré ansiosa a que comience de nuevo la temporada, qué nuevas sorpresas habrá!!!

martes, 2 de febrero de 2010

Disculpa

Dije que aquí publicaría mi opinión sobre algunas obras del Encuentro de los Amantes del Teatro, y sólo puse una, ja! prometo poner las demás luego, sólo necesito organizarme un poco. Perdón!