Rubén Darío

Un intelectual no encontrará en la tarea periodística sino una gimnasia que lo robustece. Rubén Darío
No soy intelectual ni periodista, pero sí creo que el ejercicio de redactar las ideas y ponerle palabras a los sentimientos ayuda a aclarar el pensamiento.
An intellectual will not find in the journalistic work but a gymnastic that strengthens. Ruben Dario
I am not an intellectual nor journalist, but I do believe the work of write down ideas and putting words to the feelings helps to clarify the thoughts.

viernes, 22 de mayo de 2009

Mira como tiemblooo

El día de hpy se registró en el DF un temblor a las 14:24 con intensidad de 5.9 grados y con el epicentro en el sureste de Puebla, por suerte no hay daños ni víctimas, pero... cada quien lo vive a su modo.
Yo estaba en la función del Taller Coreográfico de la UNAM, en el Teatro Carlos Lazo junto con al menos otras 200 personas. Desde un principio sentí que el piso se movía, pensé que seguramente alguien estaba pateando el asiento y traté de no darle mucha importancia, a los tres segundos escuché como la madera que tiene las paredes del teatro sonaba, y fue cuando empecé a preocuparme, pero al ver que nadie se movía supuse que sería un ruido provocado por alguien en la parte de los camerinos, luego la madera volvió a crujir, pero más fuerte, al mismo tiempo que las luces del teatro se columpiaban, lo cual hizo que no sólo yo comprobara de que se trataba de un temblor, sino que la mitad de la gente en la función se levantara y comenzara a ir hacia la salida, muchos gritándo y empujándose, me levanté y me dispuse a salir, las luces del teatro seguían apagadas así que el desconcierto de la gente era mucho, los bailarines seguían bailando aunque se notaba la confusión en varios de ellos. La histeria de la gente me hizo detenerme, supuse que resultaba más seguro quedarme en mi lugar a unirme a la locura de tratar de salir del teatro a empujones y tropezones, alguien gritó "No corran" muchas veces, la gente pareció calmarse, pero continuó saliendo, la mitad del teatro se quedó vacía, otros seguíamos dentro, muchos aún estaban de pie, y al igual que yo parecían estar comprobando que ya no estaba temblando. Cuando me aseguré de que el piso ya no se movía me senté, la función seguía y terminó como cualquier otro día. Pero con muchísimos puntos más hacia el profesionalismo de los bailarines, quienes a pesar de todo el desastre que se provocó entre el público siguieron bailando.

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