Justo después de verte un día con una playera deportiva con rayas me topé con la misma playera en otra persona, no es que fuera algo extraño, al fin y al cabo las playeras de equipos deportivos abundan, pero me pareció curioso ver a quien la usaba abrazando a alguien del mismo modo que un día antes me abrazabas a mi. Mil imágenes vinieron a mi mente de ti abranzando a otra persona, y luché por largo rato conmigo misma en contra de esa idea.
Al final llegué a la conclusión de que yo también he abrazado a otras personas y no tendría porqué enloquecerme la idea de que abraces a alguien más, siempre y cuando nuestros abrazos sigan teniendo ese algo que hace que los recuerde muchos días después.
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