Rubén Darío

Un intelectual no encontrará en la tarea periodística sino una gimnasia que lo robustece. Rubén Darío
No soy intelectual ni periodista, pero sí creo que el ejercicio de redactar las ideas y ponerle palabras a los sentimientos ayuda a aclarar el pensamiento.
An intellectual will not find in the journalistic work but a gymnastic that strengthens. Ruben Dario
I am not an intellectual nor journalist, but I do believe the work of write down ideas and putting words to the feelings helps to clarify the thoughts.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Diarios de un viaje: Uyuni


Pueblo perdido. Pasar la frontera es cambiar de mundo, la diferencia de paisaje, de personas, de vegetación es muy notoria. El trayecto de San Pedro de Atacama fue una tortura. Comenzando por las muchas ganas de ir al baño que tenía y que tuve que aguantar por alrededor de 2 horas, el tiempo que tardamos en llegar a la frontera; el autobús donde viajábamos básicamente iba desbaratándose y lleno de tierra, hacía muchísimo frío y no había carretera, al menos no pavimentada, así que el trayecto estuvo lleno de brincos, baches, tierra y piedras.
Llegar a Uyuni fue ver un mundo muy diferente, Bolivia es un país pobre, y eso se nota en cada calle. Todo es muy barato, desde el transporte, la comida, los hostales; pero muchas comodidades se ven sacrificadas.
Pasé poco tiempo en Uyuni, solamente dos días, y uno de ellos fue a medias, porque la mitad del día lo pasé visitando el salar y por la noche partí para La Paz, así que vi poco, pero no creo que el resto de Uyuni que no vi haya sido muy distinto del que sí alcancé a conocer.
Eso sí, el salar es impresionante, tan increíblemente blanco, tan extenso, y a pesar de que para donde quiera que se voltea el paisaje es el mismo: una enorme capa blanca de sal debajo del cielo azul, reflejando con increíble intensidad el brillo del sol; no dejaba de asombrarme por lo que estaba viendo, y seguramente podría perderme por horas viéndolo.Desde los montones de sal, los cristales, los tabiques de sal con los que las personas de allá construyen sus casas, las bolsas de sal empaquetadas a mano, las artesanías de sal, la isla de los cactus, el hotel de sal, todo resulta impresionante y uno de los lugares que estoy segura que toda persona en el mundo debe de visitar. Además de lo divertido que resulta tomarse fotos jugando con la perspectiva, porque como todo alrededor es blanco, es difícil que en una foto se note la distancia a la que se encuentra una persona.
En Uyuni, al igual que en Calama, no hay una terminal de autobuses, sino que cada línea tiene su propio punto de partida, porque ni terminales hay, sólo se estacionan por un momento para que la gente baje o suba. Por suerte llevábamos ya la experiencia de Calama, y caminar preguntando precio de autobús que nos llevara a la Paz resultó un tanto más agradable que en Calama, en parte porque, ninguna otra ciudad puede llegar a ser tan aburrida como Calama. Después de haber cometido el error de viajar por mucho tiempo en un autobús sin baño, lo primero que preguntaba yo era si los camiones lo tenían, eso implicaba un aumento en el costo, pero evitarse de tortura de andar aguantando las ganas de mear, lo valía.
A Uyuni regresaría a visitar el salar, el pueblo me dejó sólo el recuerdo de la comida, el hostal y las artesanías baratas, tal vez lo estoy juzgando demasiado, pero podría darle otra oportunidad en una visita futura.

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