Ayer fui a ver la exposición Cicratices de la fe que está en San Ildefonso (aprovechando que los martes la entrada es gratis), acompañada de Lucy. En general las exposiciones que presentan en San Ildefonso siempre me han parecido buenas y está no es la primera exposición de la que salgo contenta. Por casualidades de la vida resultó que había muchos turistas de Chihuahua, y en cada sala había una persona explicando las piezas, así que en cada sala escuché ciertos datos curiosos que me divierten conocer. Admito que el problema de que hubiese mucha gente fue algo que me desagradó, pero a cambio hubo explicaciones a cada momento, algunas buenas, otras no tanto, lo bueno era que mientras la gente estaba amontonada escuchando a la persona que hablaba, Lucy y yo recorríamos viendo lo queríamos, leyendo pero también escuchando... qué mejor forma de tener un buen recorrido por un museo.
San Ildefonso me gusta mucho, y de hecho creo que es mi museo favorito, con gusto volvería a ir a ver la exposición, como normalmente hago con todas las exposiciones que se presentan ahí.
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